UNIÓN VASCA
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Uno de los hábitos más populares en Euskal Herria es ¨ir de pintxos¨. Esta costumbre vasca consiste en alternar de bar en bar tomando un ¨zurito¨, trago de cerveza más corto que la caña o un ¨txikito¨ pequeño vaso de vino, acompañado de un pintxo. Originariamente, el pintxo era una pequeña rebanada de pan sobre la que se colocaba una ración de comida, del tipo que fuera. Para que se sujetara, se utilizaba un palillo, de ahí el nombre “pintxo”. Sin embargo, esa imagen tradicional ha ido evolucionando y hoy en día el pintxo es alta cocina hecha miniatura, sabores elaborados y concentrados en pequeñas y deliciosas dosis. El ¨pintxo pote¨ ofrece la combinación de un pintxo y un pote (bebida) a un precio más que accesible, que se sirve en días concretos de la semana y en un período de tiempo de unas dos o tres horas. ALGUNOS TRUCOS PARA IR DE PINTXOS
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La Unión Vasca dió el presente un año más en la Exposición Rural de Villa Bordeu. Gran trabajo de la casa y ricas comidas acompañaron los 5 días a la comunidad de Bahía Blanca y la zona que se acercaron a la fiesta 132 del sector agropecuario. Todo comenzó un octubre de 1985 cuando el grupo de mayores del Beti Aurrera se encontraba reunido buscando nuevas ideas para juntar fondos para próximos viajes y para cambiar los trajes. Hasta que apareció Iñaki Irazusta con una idea del entonces presidente de la Sociedad Rural de Bahía Blanca: montar un quincho con comidas y bebidas vascas y argentinas. En aquel entonces la feria rural de Bordeu duraba 15 días por ende el trabajo era muchísimo. A primera hora de la mañana llegaron nuestras emakumes y más tarde los chicos con algunas palmeras, unos postes y con unos tambores armaron las parrillas, y así empezó todo, con más ganas que conocimientos pero con la firme convicción que todos juntos podían lograr algo.
De esta manera, gracias al trabajo colectivo que nos caracteriza, se puso en marcha, y a través de los años se fue arreglando el quincho, modernizando y aquellos con más experiencia enseñando a los nuevos integrantes las técnicas de atención al público, las recetas de las comidas típicas y sobre todo la importancia del trabajo en equipo. La esencia queda intacta y para todos los integrantes de la Unión Vasca “Bordeu” significa mucho más que una exposición rural y una fuente de ingresos. Es trabajar codo a codo, grandes y chicos, en un clima de alegría y entusiasmo, donde todos ayudan, todos suman… y pese al cansancio y al agotamiento, la casa espera ansiosa al próximo año por un Bordeu más. Zugarramurdi con apenas 250 habitantes es una tierra muy conocida por sus magníficos paisajes y su imponente cueva que encierra las más variadas leyendas de brujería, paganismo y mitología de la Cultura vasca. ¿Qué hay de verdad en estas historias? La población de Zugarramurdi se sitúa en la comarca navarra de Xareta, a pocos kilómetros de la frontera con Francia. Se caracteriza por su paisaje de pinos y castaños y por la grandiosa cueva esculpida por el agua. El arroyo Orabidea ha excavado un túnel natural de 120 metros de largo y 12 metros de alto, con dos galerías elevadas sobre el cauce. El conjunto recibe el nombre de Sorginen Leizea, que en euskera significa precisamente la cueva de las brujas. Esta cueva ofrece al visitante un ambiente evocador: aunque no presenta estalactitas ni pinturas rupestres, tiene el encanto del misterio que la envuelve. El nombre de este conjunto cárstico hace mención a las celebraciones consideradas ¨paganas¨ por la Iglesia católica que tenían lugar en algunas de sus salas en la antigüedad. Dichos ritos formaban parte de la cultura milenaria vasca, anterior al Cristianismo, a través de los cuales, se solicitaba a Mari, Diosa de la tierra, por las cosechas, los buenos augurios u a otros Dioses como el Macho Cabrío por mantener vivas las creencias populares relacionadas con la espiritualidad de la naturaleza frente las imposiciones de la Iglesia. En pleno proceso Inquisitorial (1609 - 1612), docenas de aldeanos de Zugarramurdi y de otras regiones de Navarra murieron acusados de practicar brujería. Pero, al contrario de lo que la leyenda y el desconocimiento podrían afirmar, todas estas personas fueron víctimas de una ola de pánico brujeril y de una Inquisición que necesitaba imponer su autoridad, cultura y apropiarse de los territorios. En 1610 se produjo el hecho que marcó a este pueblo como el hogar de las Brujas: el ahorcamiento y quema pública de ochenta y ocho personas por el Tribunal de la Inquisición. Trece acusados no llegaron a cumplir su condena ya que fallecieron antes en las mazmorras. Desde el año 2007, el municipio cuenta con un museo que narra la historia de la brujería y la locura inquisitorial que condenó a la hoguera a miles de inocentes por no comulgar con su férrea doctrina. Además del Museo y las cuevas, no se puede dejar de visitar el casco urbano de Zugarramurdi y observar la pintoresca mezcla de arquitectura popular con palacios señoriales, como el de Dutario, que recuerda las casas de los indianos. Otro de los encantos de la zona son los senderos que recorren el valle y que utilizaban los contrabandistas en el pasado. El más importante es el que une las cuevas de Zugarramurdi con las de Sara y las de Urdax. El recorrido, de unos 12 km, está bien señalizado y es apto incluso para familias con niños. El término AKELARRE, que se utiliza para denominar las ceremonias de invocación del diablo, es una palabra de origen vasco más precisamente de Zugarramurdi, porque junto a la gruta hay un prado llamado Akelarre o Campo del Macho Cabrío. Dándole la vuelta al concepto, cada 18 de agosto se celebra el Zikiro Jatea; una fiesta gastronómica donde el protagonista es el cordero asado. ¨Liburutegia¨ es la palabra clave que tienen que decir los Txikis a sus directoras para correr del ensayo a la Biblioteca, que se ha constituido en su espacio de juego y aprendizaje favorito. Este año Cecilia Jauli, realizó un hermoso proyecto con los más chiquitos de la casa para difundir la cultura de Euskal Herria. Los Txikis se acercaron cada viernes a la Biblioteca Barandiaran y entre juegos y colores descubrieron y aprendieron cómo se vestían los vascos y vascas por allá, entre los siglos XVIII y XIX. Mediante una actividad, que consistió en pegar paulatinamente sobre una silueta masculina y otra femenina, las prendas correspondientes, comprendieron las cuantiosas y diferentes ropas que conformaban el ropero de estos vascos del pasado. El conocer las diferentes prendas, no se agota en el conocimiento de una moda pasada, supone también adentrarse en la cultura, en los usos y costumbres y el estilo de vida que llevaban estos hombres y mujeres por aquellos años.
La ropa se hacía en la casa, no solo se cosía, también se hilaba el lino o la lana, se obtenían los cueros. Sus prendas tenían que durar toda la vida, se remendaba, modificaba, se ensanchaba o agrandaba, y finalmente, se heredaba. Estrenar algo era la excepción, existían fiestas señaladas en el calendario que eran la ocasión para hacerlo. La ropa constituía un medio de pago, o era un regalo especial que hacían las madrinas con motivo de algún rito de paso, o era la manera en que el novio pedía la mano de su novia: regalándole, un par de medias finas. El primer pañuelo, el que a partir de contraer matrimonio utilizaban las mujeres, encerraba un simbólico ritual: era colocado luego de la boda, por la suegra a la nuera, quien lo llevaba como símbolo de honestidad y desposamiento, y quien a partir de ese momento, pasaba a ser la señora de la casa. Cecilia un año más encontró la forma de enseñar a los txikis a través del juego aspectos de nuestra cultura y lograr que la Biblioteca sea un espacio activo de la Casa elegido todos los viernes por los más chiquitos!! Javier Ondona es el representante a la Unión Vasca en el Programa Gaztemundu, que se desarrolla en Euskal Herria durante 15 días. En esta oportunidad el curso para los jóvenes de la diáspora tiene como temática la Gastronomía. Javi es alumno de euskera, integrante de la comisión directiva y además apasionado por la gastronomía, especialmente por la vasca. Cuando se enteró que el Gaztemundu de este año iba a estar relacionado con la cocina le pareció increíble, ya que considera que es “EL” momento para esta disciplina. Eligió una de sus recetas preferidas la “Merluza en Salsa Verde” porque además de ser una receta de su agrado se pueden conseguir todos los ingredientes y de ésta forma hacerla respetando la receta original. Al quedar seleccionado siente que su sueño se empieza a realizar. “Me gustaría que nos formen en gastronomía tradicional, para poder volcarlo en nuestro Centro Vasco, que realmente le podamos sacar provecho en la casa y que sea un viaje genial” añadió Javier. Desde la Unión Vasca, lo felicitamos y le deseamos lo mejor para ésta experiencia! También nos es grato felicitar a Fermin Irastorza, ex dantzari de Bahía Blanca, que representará al Centro Vasco de Viedma en este Gaztemundu. A continuación, Javier nos brinda la receta con la cual resultó ganador…¡¡¡Manos a la Obra!!! MERLUZA EN SALSA VERDEINGREDIENTES (una porción) Lomos de Merluza 2 medianos o tres pequeños. Gambas 100 grs Media cebolla Ajos 4 Perejil a gusto Arvejas medio pocillo Fumet (caldo de pescado) una taza Vino blanco un pocillo Aceite de oliva Huevos duros 2 Sal Harina PREPARACIÓN Ponemos al fuego una cazuela, en lo posible de barro, cubrimos el fondo con aceite de oliva. Salamos los lomos por ambos lados y los enharinamos. Se los debe sellar en el aceite, no dorar, solo formar una costra en ambos lados para que luego en la cocción no se desarmen. Una vez sellados se reservan. En el mismo aceite sofreímos la cebolla picada y el ajo en laminas, sin que se doren. Mientras tanto picamos el perejil y luego lo machacamos en un mortero junto con el vino blanco, para que suelte sus jugos. Reservamos. Cuando el sofrito esta listo agregamos dos cucharadas de harina y revolvemos hasta que se integre. Agregamos entonces, el perejil con el vino, y el caldo de pescado, bajamos el fuego y colocamos los lomos de merluza, las gambas y las arvejas. Dejamos cocinar unos 5 a 8 minutos. Servimos en cazuela, decoramos con los huevos duros cortados en cuartos. Onegin! |
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August 2020
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